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AL CÁNCER SE LE VA A VENCER
CON LA GENÉTICA.
Las mutaciones genéticas
sin patrón el origen de los cánceres.
El descubrimiento completo del mapa
genético de dos de los tipos de cáncer más letales,
uno cerebral y otro pancreático, realizado por los científicos
del Centro Oncológico Kimmel de la Universidad Johns Hopkins de
Estados Unidos ha revelado las razones que explican las dificultades que
existen a la hora de encontrar una cura una vez se ha extendido el tumor
y que, según sus conclusiones, se esconden bajo la mutación
de numerosos genes sin un patrón establecido.
El nuevo mapa, elaborado a partir
del estudio tumoral más completo que se haya realizado hasta la
fecha, según destaca el propio centro, y en el que se han evaluado
mutaciones en los más de 20.000 genes de 24 cánceres pancreáticos
y 22 cerebrales, demuestra en opinión de sus autores que la mayoría
de los casos están provocados por alteraciones en los procesos regulatorios
que incluyen numerosas variables.
Según publica la revista
Science, este descubrimiento cambia el concepto acerca de los tumores sólidos
y su control, así como de los fármacos u otros agentes que
atacan los efectos fisiológicos de esos procesos. Bert Vogelstein,
co director del Centro Ludwig de John Hopkins e investigador del Centro
Médico Howard Hughes, ha destacado a la publicación que esos
fármacos, más que las particularidades individuales de los
componentes genéticos, probablemente constituyen un enfoque más
útil para desarrollar nuevas terapias contra la enfermedad.
En la misma línea, su compañero
de estudio, Kenneth Kinzler, profesor de oncología y codirector
del centro, ha agregado a raíz de las conclusiones del mismo que
"el panorama de los cánceres humanos es claramente mucho más
complejo que lo que se creía hasta ahora". "Combatirlo va a ser
una guerra de guerrillas más que un conflicto convencional porque
hay decenas de genes mutados en cada uno de los tumores", ha asegurado.
En el cáncer pancréatico,
las alteraciones incluyeron el sistema de control de daños en el
ADN, la maduración celular e invasión tumoral correspondientes
a entre un 67 y un 100% de los tumores. Además de los procesos,
en ambos estudios se identificaron genes mutados, incluyendo 83 oncogenes
en el cáncer pancréatico y 42 en la forma más letal
de cáncer al cerebro, el glioblastoma multiforme.
También, se determinó
una considerable sobreexposición de 70 genes en proteínas
cancerígenas que están en la superficie de la célula
o que son secretadas lo que los convierte en un blanco para un potencial
diagnóstico.
Según Kinzler, considerar
esas mutaciones de forma individual no parecerían ser un gran obstáculo.
"Sin embargo, cuando operan de manera conjunta, se convierten en un enemigo
que nos exigirá desarrollar nuevas estrategias para combatirlos",
explica. Por este motivo, para el científico la mejor estrategia
a largo plazo "será la detección temprana de los tumores,
cuando el número de guerrilleros es todavía pequeño
y todavía se les puede controlar".
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