AJO SÍ, AJO NO.
Sigue el debate científico
en torno a las ventajas del ajo para el corazón.
A pesar de que el ajo se promueve
para la salud del corazón, un nuevo estudio sugirió que los
suplementos que lo contienen no tienen ningún efecto sobre los factores
de riesgo cardíaco.
En un estudio con 90 fumadores con
sobrepeso, investigadores en Europa hallaron que aquellos que tomaban un
suplemento con polvo de ajo durante tres meses no tenían ningún
cambio en el nivel del colesterol u otros indicadores de riesgo cardíaco.
El estudio publicado en American
Journal of Clinical Nutrition se suma a la evidencia contradictoria sobre
el ajo y la salud cardíaca. Distintos estudios hallaron que los
suplementos con ajo reducirían el colesterol en sangre y, quizás,
la presión arterial, pero otras investigaciones no lograron mostrar
esos beneficios.
En el nuevo trabajo, investigadores
analizaron si un suplemento con ajo modificaría otros factores de
riesgo que no sean el colesterol alto y la hipertensión.
Junto con el colesterol en sangre,
el equipo controló el nivel de la proteína C reactiva (PCR)
en los participantes, junto con otras proteínas indicadoras de inflamación
en las arterias. Además, controlaron varias sustancias en sangre
que confirman cuán bien están trabajando las paredes arteriales.
Ambos factores, la inflamación
y la función arterial, serían clave en el riesgo de enfermedad
cardíaca. Pero el estudio halló que el ajo no tenía
efecto en ellos.
Después de tres meses, el
nivel de colesterol en los hombres y las mujeres que recibieron el suplemento
no había variado. En cambio, aquellos que recibieron el fármaco
contra el colesterol atorvastatina (Lipitor) tuvieron una disminución
del colesterol, de la PCR y de otro indicador de inflamación llamado
TNF-alfa.
Esto hace "improbable" que el ajo
proteja el corazón mediante la reducción del colesterol alto
o la inflamación, escribieron los autores dirigidos por el doctor
Martijn B.A. van Doorn, del Centro para la Investigación Farmacológica
en Humanos en Leiden, Holanda.
Un tercio de 90 adultos estudiados
recibió al azar 2 gramos diarios de suplemento con ajo. Otro tercio
tomó 40 miligramos diarios de Lipitor y el resto, píldoras
de placebo.
Comparado con el grupo que tomó
placebo, los participantes que tomaron Lipitor tuvieron alrededor de un
53 por ciento menos de colesterol LDL o "malo", una reducción del
20 por ciento en la PCR y una disminución del 42 por ciento en la
TNF-alfa.
El estudio no halló ninguna
diferencia entre los grupos que consumieron ajo y placebo. Los resultados,
concluyó el equipo, sugieren que el polvo de ajo, y quizás
el ajo en general, "no ocupa un lugar importante" en la prevención
o el tratamiento del colesterol alto o la inflamación, que son dos
indicadores del daño arterial.
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